Os quiero avisar, antes de que sigáis leyendo, de que el otro día vi 'World's End' y me encantó. Así que he decidido aparcar mi lado más crítico para dar una visión, tal vez, demasiado optimista de esta peli. No sé, tal vez sea mi lado friky (no sé cual de los lados frikis...), pero aunque tiene cosas muy mejorables, la trayectoria que han seguido sus autores en los último años ha hecho a World's End ganarse un huequecito en mi filmoteca particular.
- 1. Por la tradición británica
World's End es única en su género, sea cual sea su género, pero no por ello deja atrás sus raíces. Y es que la película, lejos de experimentar con planos rebuscados o con giros de cámara imposibles para distanciarse del cine conocido en un intento de ser más original que nadie, bebe sin tapujos del cine más actual, y no duda en recoger el testigo de algunos de los films británicos más conocidos de los últimos años, en especial los de Guy Ritchie.
En la película, los protagonistas tienen un dejà vú al entrar bar tras bar, porque todos parecen iguales. Algo parecido ocurre con el propio film: en su forma, es igual a tantos otros y, sin embargo, es totalmente diferente a casi cualquier cosa.
- 2. Por Freeman, Pegg y Wright
Lo mismo hace de hobbit, de Rembrandt, de oficinista, de contrapunto de Sherlock Holmes o, como es el caso, de particular festero: Martin Freeman es un auténtico camaleón capaz de hacer creíble cualquier papel. Por supuesto, Simon Pegg y Edgar Wright no se quedan cortos (aunque hacen, un poco, sus roles de siempre).
- 3. Por el personaje principal
Porque todos tenemos un amigo como el protagonista (alerta spoiler: si no tienes un amigo así, es que eres tu), alguien que vive al margen de todo pero, extrañamente, acaba convenciendo a todo el mundo para vivir una aventura absurda. Algo que remarca la idea del siguiente punto.
- 4. Por la nostalgia. (la invasión de los ladrones de cuerpos)
Nunca he vivido en Inglaterra, pero que me aspen si no he vivido en un lugar como el de la película. La idea del retorno y la idea de atar los cabos sueltos del pasado, algo que se ha visto en el cine en infinidad de ocasiones, se unen desde un punto de vista, como mínimo, atípico.
Además, a esta idea de la nostalgia se une el hecho de que la película se viste con una ligera capa terror clásico que impregna buena parte del film. De hecho, a nadie se el escapará la referencia continua a cintas como 'La invasión de los ladrones de cuerpos'.
- 5. Porque acaba la trilogía del Cornetto
En efecto, esta es la tercera y última película de las dirigidas por Wright donde aparece un Cornetto en algún tipo de sketch cómico. Shaun of the dead y Hot Fuzz fueron sus antecesoras y, aunque no deja de ser un guiño dentro de la carrera de los responsables del film, es una pequeña broma interna que todos los fans agradecerán.
- 6. Porque what the fuck!?
En serio: WHAT-THE-FUCK!?
- 7. Por la naturalidad de la locura
Ya lo muestra en otras producciones del mismo equipo, pero aquí se resalta de una manera especial: la locura ocurre y es lo más normal del mundo. ¿Hay una extraña invasión? Pues acaba la cerveza y ve al próximo bar.
- 8. Por su indeterminación.
Se trata de una cinta inclasificable. ¿Ciencia ficción? ¿Terror? ¿Humor? Todas ellas en algún momento de la película, ninguna de ellas en otros momentos. Una pequeña joya que comienza siendo una historia costumbrista graciosa, pasa por un drama pos-adolescente y acaba pareciendo una historia de Philip K. Dick.
- 9. Por su filosofía
Porque debajo de toda la extrañeza, encierra una gran verdad: lo humano es imperfecto. Una filosofía que puede aplicarse a teorías económicas o sociológicas, pero no deja de ser lo que dijo Alaska hace años: "¿A quién le importa lo que yo haga?"
- 10. Por los sandwiches de mermelada
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