Este post era, en principio, un acercamiento a los temas de los mitos en la antigüedad que se reproducen hoy en las artes visuales (de hecho, comenzó siendo sobre la obra cumbre de Cervantes y acabó desbordándose con la mitología clásica...), analizando la influencia de mitos como el de Casandra, Prometeo o Eurídice, entre otros, pero me detuve más de lo que esperaba en Sísifo, y ha acabado siendo la entrada que podéis leer a continuación. Además, hoy es el aniversario del nacimiento de Albert Camus (escritor de, entre otras cosas, el el ensayo filosófico 'El mito de Sísifo'), sobre el que también hablaré un poco.
Los grandes temas de la humanidad ya se han inventado y explotado. Sabemos lo que va a pasar y, en ocasiones, es esa anticipación la que nos hace concentrarnos más en la trama. Pero, ¿por qué esa anticipación? ¿Por qué conocemos las historias de antemano? Los grandes relatos contemporáneos son una suerte de puesta al día de los grandes relatos clásicos. Prometeo, Romeo y Julieta, Edipo... son los protagonistas de historias que nos cuentan una y otra vez, disfrazadas, maquilladas, pero siempre la misma. Sin embargo, si hay una historia que se repita y merezca ser comentada es, sin duda, la de Sísifo y el 'eterno retorno'.
Sísifo es un personaje de la mitología griega que, tras engañar a los dioses, recibe su castigo: debe empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera y, cuando ya casi está en la cima, la piedra cae y debe volver a cargarla. Para Camus, este es el origen de un problema filosófico, la inutilidad de la vida por absurda, ya que extrapola el castigo del personaje clásico a la vida en general.
Se podría decir que el mito de Sísifo es el tema por excelencia de la humanidad: fracasar y seguir intentándolo. Toda la cultura del héroe contemporáneo se basa en ello. De hecho, hoy en día no entenderíamos una serie de televisión sin esta estructura que se ve continuamente en las 'season finale': en Lost, por ejemplo, los personajes (y, por tanto, los espectadores) viven un continuo "estar a punto de". Están a punto de salir de la isla, están a punto de descubrir un secreto, están a punto de salvarse... y siempre hay algo que lo impide. Lo mismo ocurre con, por ejemplo, Expediente-X, donde Scully siempre está a un paso de ver lo que le abriría los ojos para siempre. De hecho, la pérdida de esta estructura hace que la serie, la película, o lo que sea, deje de tener su gracia y, en ocasiones, deba reinventarse para no caer en el saco de las cancelaciones.
El 'síndrome de Sísifo' es lo que le ocurre a los protagonistas de nuestra película romántica favorita (casi siempre): tener al amor de su vida en la punta de los dedos una y otra vez y acabar perdiéndolo por cualquier motivo (véase la historia entre Ross y Rachel en Friends, por ejemplo), y es lo que le ocurre a la rubia de bote que escapa una y otra vez del asesino de turno (en Scream no es rubia de bote, pero escapa una y otra vez del asesino: la chica recorre el camino con su piedra -ser perseguida- una y otra vez).
Esta estructuración es básica: la piedra de Sísifo es el objetivo del personaje, que es arrastrada una y otra vez y, como si de un cincel se tratara, da forma a la trama. Para definir este concepto de una manera visual, podríamos decir que en la estructura clásica de planteamiento, nudo y desenlace, los personajes toman sus objetivos, sus piedras, en el planteamiento, las cargan y las pierden continuamente durante el nudo y, finalmente, en el desenlace, descubrimos qué ocurre con la piedra.
"¿Por qué nos caemos, señor Wayne? Para volver a levantarnos" Sísifo tendría algo que decir al respecto a Alfred, el mayordomo de Batman. Como veis, son muchos los ejemplos que se pueden encontrar que encajan como anillo al dedo en la descripción de este mito. Os invito a buscar series, películas, libros y, en definitiva, productos culturales que beban directamente de los clásicos. ¿Se os ocurre alguno?
Sobre esto podrías escribir un ensayo. Interesante.
ResponderEliminarnaruto, one piece, spiderman, bueno, todos menos Kovte, el nunca se levanta porque nunca se cae. El rompería la piedra de Sisifo en dos en cuanto averiguase su nombre... XD
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