Gravity (2013)

Si hay una película que ha revolucionado el panorama cinéfilo últimamente esa es, sin lugar a dudas, Gravity. La cinta, protagonizada por George Clooney y Sandra Bullock a las órdenes de Alfonso Cuarón, ha roto moldes y no ha dejado a nadie indiferente: amor y odio repartido a partes iguales. ¿Y qué pensamos en La Nave Consular? Pues no sé qué pensarán mis compañeros de blog, pero voy a decir lo que pienso yo. 

Antes de nada, hay que destacar que se trata de una película de ficción, no de un documental. Es decir, la cinta recoge una serie de sucesos que son, básicamente, imposibles, ya que en la realidad ocurrirían a distancias kilométricas unos de otros. Por tanto, si alguno de vosotros cree verosímil que un tipo se vista con la última tecnología para defender el bien o que otro dispare rayos por los ojos, pero cree que unas naves separadas a kilómetros de distancia no pueden unirse para contar una historia, debería revistar su sistema crítico. Así que volvamos a dejar claro esto desde el principio: ni es un documental, ni pretende serlo. Es ficción. 

Ahora que hemos dejado claro este punto: la película es una pasada. En serio. Desde el primer momento, Cuarón deja claro que es un director de primer orden, capaz de tomar el pulso a dos pesos pesados de la industria del cine como son Clooney y Bullock, y hacer que queden en segundo lugar ante sus largos planos secuencia, con los que la narración fluye de una manera dinámica y sin interrupciones. De hecho, 'fluido' es el mejor adjetivo con el que calificar su trabajo.

Por otra parte, las actuaciones son impecables. De hecho, Bullock me ha sorprendido gratamente con una interpretación de lo más creíble. Consigue hacer algo que parece muy sencillo y que a muy pocos actores se les da bien: actuar con sencillez y naturalidad. En cuanto a Clooney... bueno, nada nuevo en el horizonte: su papel sigue siendo el de cowboy cool que a tantas mujeres ha cautivado desde 'Emergencias', y lo sigue interpretando bien. 

El film consigue mantener la tensión en cada momento, incluso teniendo en cuenta que la historia en sí cuenta poca cosa. De hecho, el guión parece hecho a base de golpes de efecto que, si bien es cierto que en cualquier otra película hubieran quedado mal, en una cinta como esta donde el efectismo es la base (el efectismo técnico basado en dejar con la boca abierta al espectador con cada plano), queda perfecto. 

Me quedo, sin duda alguna, con el admirable uso de los efectos especiales sutiles, que hacen de los planos secuencia una gozada (en especial, ese en el que la imagen pasa de un plano general del espacio a un plano subjetivo de la astronauta con una naturalidad inaudita). 

Una obra redonda que se convertirá, seguro, en un clásico.

Como extra, os dejo con un corto que complementa a la película. Se trata de la escena en la que Bullock habla por radio con un desconocido... desde el punto de vista del desconocido. Se llama 'Aningaaq' y ha sido dirigido por Jonás Cuarón: