MALAZ I: Los Jardines de la Luna

Los Jardines de la Luna es el primer libro de la saga Malaz: El Libro de los Caídos, escrito por Steven Erikson en 1999, aunque ya existía como guión cinematográfico desde el 91, aunque este nunca llego a buen puerto. La historia se desarrollo a partir de un juego de rol en el que el autor participaba con Ian Esslemont, escritor a su vez este de la saga paralela a la que nos ocupa, Malaz: El Imperio.

La primera sensación es de velocidad, no porque vayan corriendo, sino por lo rápido que va pasando el tiempo. Vas viendo saltos en el tiempo de muchos años, con personajes que no conoces y situaciones que no entiendes (aun). Cada vez los saltos son de menos tiempo y mas extensos en este, presentando a algún personaje protagonista, como Paran, un capitán de el ejercito de Malaz, o Lorn, la consejera de la emperatriz. Y, de repente, cambia de continente y te lleva a Genabackis, donde se esta desarrollando una guerra, y la espiral temporal te suelta en medio de una batalla, en la mente de una de las magas de guerra del ejercito malazano de Dujek Unbrazo, el Puño Supremo. Después de una carnicería, el ejercito malazano logra imponerse pero con numerosas bajas, entre ellas la casi totalidad de los magos de guerra y el batallón de Abrasapuentes, que mas tarde vendrán a ser los protagonistas de la historia.

Terminada la conquista de la ciudad, el ejercito debe marchar al sur para conquistar otra, Darujhistan, y para ello mandan a los Abrasapuentes supervivientes como avanzadilla. Ademas de ellos, mas gente viaja a esta ciudad por diferentes motivos. Los Tiste Andii, liderados por Anomander Rake y Caladan Brood, después de su derrota a manos de Unbrazo, buscan aliados para continuar la guerra. Lorn, la consejera, viaja acompañada de una criatura ancestral y no muerta que pretende ayudarla a liberar a otra criatura ancestral de poder descomunal para poder derrotar a Anomander. Paran, el nuevo capitán de los Abrasapuentes, viaja a Darujhistan para advertir a sus compañeros de los planes de Lorn y para detenerla si hace falta. En Darujistan, junto a estos personajes, se descubre otro nuevo elenco de personas que, sin saberlo ( algunos...), ayudaran a que los planes de Lorn no resulten como ella esperaba.

En general, es un libro que hay que empezar con ímpetu, sumergirse en el de cabeza y no dejarlo aunque al principio entren ganas. Si buscas un libro sencillo de leer te recomiendo otros como El Nombre del Viento o Canción de Hielo y Fuego, con la que comparte el indice de mortandad protagoneril (no se si esa palabra existe...). Este libro es mas profundo filosoficamente, a veces hasta la saciedad, pero muy entretenido. Me llaman mucho la atención las historias de los soldados en la guerra y su resignación a la muerte si esta es necesaria para la victoria, pero como luchan contra ella si creen que es injusta. Los personajes no caen mucho en estereotipos, aunque tienen una forma de pensar muy marcada que, como he dicho, llega a perturbar si te paras a pensar que un soldado raro filosofa como un gran pensador. Y no solo uno: es una enfermedad común en el ejército de Dujek.

A parte de los aspectos negativos, su cartografía es magnifica y el tratamiento por parte del autor de cada cultura que puebla la historia (que son muchas en este primer libro y que seguirán creciendo en posteriores) dice mucho de sus estudios de antropología. Los personajes son muy redondos y se nota que hay una gran historia detrás de cada uno de ellos, al margen de la que nos dejan ver. También es muy positivo el hecho de que el primer libro sea auto-conclusivo, ya que puedes leerlo y, si no te hace tilín, pues lo dejas y ya está.

En general, se trata de un libro y una saga muy recomendables si gustas de grandes historias épicas, pero recuerda cogerlo con ganas desde el principio. Espero que os guste.