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viernes, 5 de septiembre de 2014

El final de Lost


Como ya comenté hace unas semanas, este verano lo he dedicado, además de a la lectura, a ver de nuevo la archiconocida Lost (Perdidos) y, aunque llegue unos años tarde, ha llegado el momento de hacer un comentario de la misma y, sobre todo, de su polémico final. Y es que, sobra decirlo, nunca es tarde para echar más leña al fuego (evidentemente, esta entrada contiene detalles de la trama; si no has visto Lost y quieres verla, no sigas leyendo; si has visto la serie... igual esto ni te interesa... además, es un post largo y sin fotos: avisados quedáis).


Dejad que os diga, antes de nada, que lo primero que vi de Perdidos fueron los últimos minutos del final de la primera temporada, el momento exacto en que Sawyer cae de la balsa al ser disparado por uno de los Otros. En ese momento no significó nada para mi, ya que no seguía la serie ni tenía intención de seguirla. Sin embargo, semanas antes del estreno de la segunda temporada, alguien en cuyo criterio confiaba (y sigo confiando) me la recomendó. Y caí. Y nada volvió a ser lo mismo.

Como todos sabréis a estas alturas, Lost rompió las paredes de la caja tonta para convertirse en una experiencia cultural más allá, y eso, unido a una comunidad muy activa y a una trama absorbente hasta límites insospechados, hicieron de sus fans los más fieles y entregados. Yo fui uno de esos fans y, como tal, vi el último capítulo de la serie a las tantas de la mańana. Pero eso va más adelante.

Como decía, Lost era mucho más que una serie, y no solo por los fans. Los fans, por supuesto, hicimos gran parte del trabajo para que Perdidos fuese lo que es, a base de comentar en blogs cada capítulo, de discutir en foros cada teoría y de unirnos cada semana en debates en torno a la isla. Pero, para hacer todo esto, hacía falta una infraestructura que la cadena ABC supo construir con sus continuos juegos paralelos y sus promociones viendo, quizás en el momento oportuno, las posibilidades de expansión que ofrecía internet. La serie pasó de ser un producto local (estadounidense) a una experiencia global.

Sin embargo, la audiencia global no es la que paga las facturas de las cadenas locales y, con el número de espectadores cayendo en picado, era necesario anunciar un final próximo para mantener atados a los pocos fieles que se mantenían frente al televisor. Así, anunciaron que Lost aguantaría tres temporadas más tras las cuales todos los misterios serían revelados.

Así, con las esperanzas renovadas, Perdidos siguió sorprendiendo a propios y extraños con una trama cada vez más enrevesada, mezclando conceptos propios del costumbrismo con la ciencia ficción para hacer un producto cada vez más complejo, con una mitología propia que profundizaba capítulo a capítulo en sus personajes.

Y así, con las uñas comidas hasta los codos, tras pasar por los unos y los otros, los flashbacks, los flasgorwards y los viajes en el tiempo, llegamos a los flashsideways de la sexta temporada ansiosos por descubrir qué había ocurrido... ansiosos por el fin de Perdidos.

¿Qué diablos fue el fin de Perdidos? ¿Qué nos contaron durante toda la sexta temporada? Las opiniones están totalmente divididas: un final digno para una serie sobresaliente o la pipa amarga que jode al resto. Los más devotos dijeron que era una serie de personajes y que sólo importaba el desarrollo, los más desencantados argumentaron que fue una pérdida de tiempo perpetrada por los guionistas y productores... solo quedó clara una cosa: nadie quedó indiferente.

Lo cierto es que, en mi opinión, el final de Lost pudo haber sido el final de cualquier serie, y es por eso por lo que no gustó. Es decir: Breaking Bad podría haber acabado con los personajes principales en un limbo tras la muerte de todos, al igual que Expediente-X, Cómo Conocí a Vuestra Madre, o Heidi. Cualquier serie. Cualquiera. Ese era el camino fácil, y elegir el camino fácil después de 6 años enrevesados se puede tomar, en cierta medida, como una tomadura de pelo.

Y es que, ¿por qué no centrar el grueso de la última tempprada en la historia de la isla y en los misterios que la envilvían? ¿Por qué resolver las principales dudas de un plumazo en el penúltimo capítulo (el dedicado a Jacob y su hermano) en lugar de dosificarlas a lo largo de la temporada? Porque eso es lo que pareció: algo apresurado.

Además, se dijo una y mil veces que el final estaba pensado... ¿Por qué resulta todo tan poco coherente? Da la sensación de que los guionistas buscaban las teorías de la red para intentar hacer algo diferente a ellas y así sorprender a los espectadores... y lo consiguieron, pero por las malas. Por las explicaciones ambiguas que no llegan a nada. Por las incoherencias. 

Perdidos podría haber sido una obra maestra de la ficción contemporánea (tenía todas las claves para ello), pero quedó como una obra 'de personajes' narrada con maestría, pero llena de trucos de guión para despistar al espectador en lugar de entusiasmarlo. Una serie, en definitiva, que ha marcado a una generación de productores y consumidores culturales para bien y para mal, que todo seriéfilo debería ver dos, tres o cuatro veces, y que debería ser juzgada por lo que es, con sus perfecciones y sus imperfecciones. 

Debo decir que, aún hoy, sigo sorprendiéndome con algunos capítulos, con la maestría con que actores, directores y guionistas supieron encajar cada pieza para hacer algo único (también hay uno o dos capítulos que odio profundamente...), y es loable cómo, temporada tras temporada, consiguieron mantenerme (a mi y a otros tantos... otros tontos... otros todos) pegado al ordenador buscando algo más, un significado oculto o una gran revelación como si de una religión se tratase... 

Lo triste, además, no es solo que el final fuera flojo, sino que los fans, en la red, imaginaron finales infinitamente mejores. 

Y ahora, la pregunta de rigor: ¿Qué os pareció Perdidos y su final? (Y no vale la respuesta "es que es una serie 'de personajes' ")

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