Los videojuegos independientes suelen estar realizados por humildes equipos de programación de pocas personas (o solo una, como en este caso) que cuentan con un reducido presupuesto y escasos medios,
que se traducen en juegos muy modestos a nivel técnico pero terriblemente
jugables y divertidos, que a menudo cuentan con mecánicas innovadoras y ciertos conceptos
transgresores.
En muchos otros casos se tira de nostalgia para recrear mundos
bidimensionales a base de pixeles que nos recuerdan a los videojuegos de
nuestra infancia, como es el caso de este producto patrio, Maldita Castilla, un
juego que apareció en diciembre de 2012 de forma gratuita para PC (aunque ya está también disponible
para Ubuntu y Ouya, la consola Android) y que aún podéis descargar en la página
del malagueño Locomalito, esta
especie de “artesano digital”, que
en sus ratos libres sacó tiempo para crear esta maravilla arcade que bebe
descaradamente de clásicos como Ghost´n Goblins. De hecho podemos
decir que estamos ante el hijo bastardo de este juego, pero al que su creador
ha querido dotar de una personalidad genuinamente castellana, apoyándose para
ello en la mitología ibérica y sobretodo en el libro de caballería fantástica Amadís
de Gaula.
"Me divierto por igual haciendo juegos y jugándolos. Lo cierto es que para mí jugar a un juego es algo ritual: no lo hago mucho, y cuando juego suelo centrarme en un solo juego; uno que me interese por motivos jugables, que reclame toda mi atención"Locomalito
La aventura nos pone en la piel de Don Ramiro, que enviado por el rey
Alfonso VI de León, debe liberar del mal las tierras de Tolomera del Rey, a
través de 6 fases deberemos hacer frente a una serie de demonios y demás fauna
variada mientras buscamos una serie de piedras que nos abrirán las puertas del
Averno.
Como ya habréis advertido, nos encontramos ante un juego de plataformas
y acción en scroll horizontal de
estilo añejo y ambientación caballeresca de diversión y jugabilidad
endiabladas, que no nos dará un solo respiro. Para ponernos las cosas más
fáciles disponemos de una serie de power
ups como unas botas para facilitarnos el salto, un escudo para resguardarnos,
pociones de invencibilidad temporal, o un hada protectora. Vamos, lo típico
para este tipo de aventuras. Sin olvidarnos de las armas, todas arrojadizas,
como las dagas, que vienen por defecto, las hachas, que infligen gran daño, o
las hoces, con efecto bumerang.
Fragmento del curradísimo manual de instrucciones del juego |
Todo ello bien empaquetadito con unos gráficos pixelados y superdeformed que poco tienen que
envidiar a antiguas sagas arcades, con un filtro incluido, que nos hará
recordar esas arcaicas pantallas de tubo de rayos catódicos. Sobredosis de
nostalgia, vaya. A la que tenemos que añadir también una dificultad no menos
retro, no os dejéis engañar por la facilidad de los primeros niveles, ya que la
cosa se pone chunga, y mucho; en la que los jefes de final de cada fase se
llevan la palma, sin dejarnos atrás los subjefes, que también tienen su miga.
Menos mal que tenemos continuaciones infinitas, aunque ya os digo yo que el
final cambia si abusáis de ellas. Aunque ese no será el único factor que
interfiera en los posibles finales…
Y para ponerle la guinda a este magnífico pastel una banda sonora a la
altura, escrita por Gryzor87, un
asiduo en los trabajos de Locomalito, que no se ha perdido la ocasión de volver
a mostrarnos su habilidad para componer emulando el chip Yamaha YM2203, con el
que se elaboraban los sonidos de antiguas producciones videojueguiles. Una
especial mención para el tema El Alcanzar,
me encanta esa composición.
Gryzor87 y Locomalito, respectivamente |
Otro que ha estado presente en anteriores trabajos de Locomalito y que
también se hace ver aquí es Marek Barej, con sus ilustraciones y como aporte
final Jacobo García con un libro de instrucciones majestuoso, a la altura del
conjunto.
Si añoráis los salones recreativos no podéis ignorar este juegazo, que
os tendrá enganchados hasta que no lo acabéis. Y sin tener que echar cinco
duros…
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