Desde que terminó RetroMadrid llevo dándole vueltas a
cómo plantear la redacción de la crónica de esta feria, y creo que lo más
sensato es abordarla de la forma más objetiva posible, dejando atrás enfados,
iras, decepciones y demás malos rollos en cuanto al evento.
Y os preguntareis cómo es que una muestra sobre videojuegos clásicos te
ha dejado un sabor de boca como éste. Pues básicamente, y siendo todo lo
objetivo que puedo, la organización de
Retro Madrid 2014 fue un completo desastre. Vayamos por partes.
Retro Madrid comenzó en 1995 como un pequeño encuentro entre aficionados
al micro ordenador MSX, y que ha ido evolucionando hasta convertirse en el
mayor evento sobre videojuegos y ordenadores retro en toda la geografía
española. Este año se celebraba una nueva edición en Matadero Madrid los días
26 y 27 de Abril, y allí que nos dirigimos a cubrir el evento con mucha ilusión
pero con la mosca ya detrás de la oreja.
Una vez llegamos
allí el mismo sábado la primera sensación fue la de cierta desorientación, ya
que se trataba de un recinto bastante amplio con distintas naves repartidas en
sus interior, y una considerable falta de señalización me hizo dar alguna
vuelta que otra hasta que por fin, y tras preguntar, di con el lugar donde
podía hacerme con una entrada. Tenía la posibilidad de reservarla por internet,
pero albergábamos esperanzas de conseguir un pase hasta el último día.
Tras hacernos con la entrada, tras mucho tiempo de espera en la cola, no
sabíamos a lo que nos enfrentábamos aún. Y es que lo peor estaba por llegar.
Con la entrada en la mano el desconcierto seguía, sobretodo al llegar a la
siguiente cola, la que nos permitía el acceso a la nave 16 B, donde estaban los
expositores. Ya nos plantábamos en las 12 de la mañana y por su puesto me perdí
la primera conferencia, la presentada por antiguos redactores de la mítica
revista Hobby Consolas, en la que se hablaron de sus comienzos.
Sigamos. Una vez dentro una gran jungla de expositores nos esperaba, con
sus típicas tiendas, máquinas recreativas, consolas de prueba, merchandising y
demás mercadotecnia, lo típico vaya. Pero desde luego que nunca había visto un
intrincado tan enorme como éste. Allí pude echar un ojo a diversos productos
que me interesaron, además de poder probar por primera vez una mítica Neo Geo
AES.
Cuando nos percatamos que desde la nave en la que estábamos no había
acceso al lugar de conferencia ya era demasiado tarde, y nos quedamos sin poder
presenciar la charla de Antonio
Rodríguez acerca de Macintosh y la consiguiente presentación del juego Mighty
Freddy a manos de Víctor Ruiz,
uno de los creadores de la emblemática Dinamic Multimedia.
Así que tuvimos que esperar hasta las tres de la tarde para poder
presenciar la siguiente ponencia, que se ubicaba en la Cinetéca, algo lejos de
la nave 16B, justo donde se compraban las entradas. Allí nos esperaba una sala
perfectamente acondicionada donde pudimos enriquecernos con la exposición Sonic, de los 16 bits hasta hoy, donde
se pudo hacer un magnífico repaso a la historia del erizo azul, aunque algo
recortada por temas de tiempo y organización. Una vez nos metimos en la sala de
exposiciones no salimos en toda la tarde y pudimos disfrutar de la presencia de
algunos desarrolladores indie españoles como Juanma Pascual, uno de los creadores de Randal´s Monday, un juego
basado en las antiguas aventuras gráficas.
La traca final del día en cuanto a conferencias fue la que nos ofreció
el mítico Alfonso Azpiri, que presentó
el crowdfunding para la película de imagen real de Lorna y su robot,
mediante un falso trailer que no tenía mala pinta, la verdad.
Y para acabar el día un espectacular concierto de Gryzor 87 (el compositor de la banda sonora de Maldita Castilla) con su banda 3
Bit Band en la plaza de Matadero, donde nos mostraron sus particular
versión sonora de algunos clásicos del videojuego. Todo un lujo.
El siguiente día nos acercamos a Matadero con cierto miedo después de la
organización del día anterior, y pensábamos que las colas nos volverían a
raptar durante horas. Pero afortunadamente no fue así, la cosa estaba más
calmada, se habían vuelto a poner entradas a la venta y el panorama estaba
mucho más tranquilo y relajado. Con este ambiente nos colamos en la sala de
conferencias para ver qué nos contaban los creadores de la revista Micormanía, aunque estuvo bien aún
teniamos la espinita clavada por perderme el día anterior por culpa de las
colas el acto que hicieron sus homónimos de Hobby Consolas. En fin, qué le vamos a hacer…
Después, Jaume Esteve, de IGN
España y autor del libro Ocho Quilates,
sobre la edad de oro del software español, nos presentó su nuevo libro sobre el
mítico juego La Abadía del Crimen, llamado Obsequium. Y para terminar la ronda de
la Cineteca, la entrega del IV Premio
RetroMadrid, con homenaje incluido a Made in Spain.
Tras esto aún nos quedaban ganas para volver a entrar a la zona de
expositores, sobretodo al comprobar que no había ni atisbo de cola, así que
aprovechamos para echar un último vistazo y dar carpetazo al evento. Una vez
dentro nos dio la sensación de que algunos artículos retro estaban más baratos
que el día anterior, con lo cual no perdimos la oportunidad para hacer alguna
compra, y darnos cuenta, que definitivamente la especulación se ha hecho con la
retro informática, aunque siempre hay lugar para precios coherentes.
Y poco más que contar de un evento del que esperaba mucho, y que aunque
no me decepcionó a nivel de contenido si que lo hizo en el aspecto organizativo,
que ha obligado a la propia organización a pedir perdón públicamente en la
página de RetroMadrid. Aunque ya se sabe, te todo lo malo se aprende, así que
esperamos que esto sirva para que en próximos años la estructura organizativa
de RetroMadrid sea mucho más eficiente.
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