“Kinuhime
fue asesinada por el Demonio Blanco. Ahora, Hayate está obsesionado con la
venganza. ¿Pero podrá la venganza traerla de vuelta…?”
Con esta premisa comienza este juego de plataformas y acción de 2010 desarrollado
por Jonathan Lavigne, más conocido por Pixeltao,
nombre con el que firma sus trabajos, entre los que se encuentran el videojuego
de Scott
Pilgrim Vs The World o el reciente Mercenary Kings. Para completar el
juego se apoyó en el trabajo de Patrice Bourgeault en la banda sonora y en Jean
Chan como responsable de los efectos sonoros.
Al igual que sus otros trabajos este software está realizado a base de
pixeles enormes, al estilo clásico, otorgándole ese característico aspecto
“ochobitero” que tan de moda está hoy en día. Pero si además utiliza una
resolución de 166 x 140 nos topamos con un juego que recrea a la perfección el
aspecto visual de una consola portátil noventera, al más puro estilo Game Gear
o Game Boy.
El juego en sí nos regala 16 fases de pura nostalgia a través de un
mundo de ninjas, clanes, guerreros, fantasmas y demás clichés provenientes del
folclore japonés. Un juego que basa su punto fuerte en la jugabilidad típica de
desplazamiento lateral a unas velocidades de órdago, armados de shurikens hasta
las cejas, abriéndonos paso entre los secuaces del Demonio Blanco. Para ello
deberemos dominar el arte del salto doble, algo que me recuerda de pasada a Super
Ghouls´s and Ghost, y que le otorga al gameplay cierto cariz
estratégico no falto de habilidad. Empezamos la aventura con tres vidas, que pueden convertirse en más gracias a la
acumulación de puntos derrotando enemigos y recolectando monedas. A lo largo de
las distintas fases podremos hacer uso de los distintos checkpoints
“invisibles” cada vez que perdamos una vida. A no ser que las perdamos todas,
en ese caso podremos usar los “continues” infinitos que nos ofrece el juego,
pero entonces comenzaremos desde el principio de la fase, a parte de
penalizarnos con 100 puntos menos. Por cierto, olvidaos de salvar partida, nada
de save states, toca pasarse el juego
de un tirón, a la antigua usanza, a lo machote…
El juego me recuerda en ciertos aspectos a juegos como Mega
Man en cuanto a aspecto visual se refiere, sencillos, “super deformed”
(cabezones y retacos), pero muy efectivos; así como su dificultad, no apto para
todos los públicos, sobretodo en las últimas etapas de la aventura, con mención
especial para el jefe final, un puñetero de tres pares de narices. Además nos
regala diversos finales alternativos según nuestra pericia y decisiones.
Los sonidos chiptunes nos regalan al oído una banda sonora que acompaña
a la perfección, con ciertos toques orientales, así como sus efectos sonoros,
muy contundentes.
El juego está disponible para PC de forma gratuita, así que no tenéis
excusa para no probarlo, además, si no os mola jugar con teclado el juego es
compatible con pads, lo cual lo hace mucho más accesible si cabe.
Aunque jugué este programa hace tiempo no he podido evitar darle una
vuelta y recordar lo ágil y divertido que resulta, podéis descargar el juego en
la web del autor, y de paso interesaros por su magnífico trabajo.
Tiene muy buena pinta. Para que luego digamos que no se hacen juegos como los de antes... hoy lo probare, a ver que tal
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