The hunter cuenta la historia de un mercenario (Willem Dafoe) contratado por una empresa de biotecnología con el objetivo de dar caza a un ejemplar del oficialmente extinto tigre de Tasmania. Para ello se instalará en una casa aislada en la Australia profunda donde vive una viuda (Frances O'Connor) con sus dos hijos pequeños.
Llegué a esta película por casualidad, pero no por mi casualidad, sino por la casualidad de Mar, que estudia veterinaria y un trabajo sobre la toxoplasmosis (una enfermedad en animales) como posible causa de extinción de especies le llevó a investigar sobre el tigre de Tasmania, y esta investigación le llevó a la película.
El tigre de Tasmania, (Thylacinus Cynocephalus), es un marsupial que se considera extinto desde mediados del siglo XX por culpa, en gran medida, del descontrol humano, y sirve como eje vertebral a The Hunter, una película que muestra al espectador una cara de Australia que no estamos acostumbrados a ver, ni siquiera en documentales.
La Australia que conocemos es la de El Señor de Los Anillos y la de los documentales de La 2, la de los paisajes memorables y, en cierta medida, The Hunter no escapa de esa 'estética de lo bello' que impregna a este tipo de producciones. Sin embargo, The Hunter sí que va un paso más allá y muestra una sociedad australiana que no estamos acostumbrados a ver: la Australia de la Crisis, la Australia en la que peligran los empleos y donde los ecologistas no son bienvenidos si ello implica la pérdida de puestos de trabajo a los autóctonos.
En realidad, se trata de unos australianos que ya se han visto mil veces en un sinfín de películas, pero en otras regiones del Mundo. Son las mismas personas que desfilan en las producciones que retratan los años de crisis de la America profunda, donde prima el negocio por encima de lo ecológico.
Por supuesto, aunque pretende dar otra visión de la Australia menos conocida, no deja de usar los recursos típicos para captar la monumentalidad paisajística del entorno: largos planos panorámicos con cámara móvil a todas horas que no aportan nada realmente nuevo pero que, en definitiva, funcionan en el primer largometraje de Daniel Nettheim, quien deja ver sus carencias a la hora de dirigir a un reparto con poca química (con un Willem Dafoe barbudo cuya cara, arropada por líneas de expresión continuas, expresa incluso cuando no hay nada que expresar) en el que Sam Neil (quien, si la película trata sobre especies extintas, cobra un plus) brilla con luz propia (aunque su papel deje demasiado en el aire). En cuanto a Frances O'Connor... ¿de veras no podrían haber elegido a una actriz que no pareciese operada para hacer un papel de hippie? Los niños, genial: por aluna extraña razón, los niños actores no-españoles suelen hacerlo bastante bien.
Otro aparte se merece el sonido, muy bueno y muy extraño a partes iguales. Desde luego, la elección de la banda sonora es todo un acierto. Sin embargo, en algunas ocasiones, el sonido queda raro, lejano, como si la voz que escuchamos no saliera de un personaje (principalmente, Daffoe), sino de un narrador/ voz en off que estuviera narrando.
La trama en sí es muy interesante pero, para mi gusto, no se merece ese final absurdo e infantil (¿Una empresa multimillonaria, que ha gastado a mansalva, va a dejar de buscar a una especie que se cree extinta de la que, además, se acaba de encontrar un ejemplar vivo, porque un tipo diga que lo ha matado?) apoyado por un último cuarto de metraje igual de absurdo que se deberían haber molestado en pulir un poco. De hecho, el ambiente casi costumbrista que consigue captar durante la película se pierde al llegar un tipo (el otro cazador/ sicario) que no pinta nada ahí. No sé cómo, pero eso se podría haber resuelto de otra manera.
En definitiva, una película llena de planos típicos y 'de manual' que funcionan a la perfección pero que, curiosamente, no llegan a aburrir pese a lo repetitivo de los mismos ("hola, soy un cazador en Australia, miradme no hacer nada a través de panorámicas perfectas") y que, pese a su amargo final, deja un extraño buen sabor de boca.
Aunque en ocasiones sea duro con ella, es una película que recomiendo (para ver, al menos, una vez)
:D Tengo que decir que no me gusta tu critica! Si bien es verdad que estoy de acuerdo en algunas cosas.
ResponderEliminarPrimero quería decir que extinto “en gran medida por culpa de los humanos” se queda demasiado corto. En realidad, fue el hombre quien literalmente acabo con la especie. Al igual que hoy en día están haciendo los ganaderos españoles con el lobo ibérico, en Australia los hombres llegados de Europa aniquilaron hasta el último Thylacine que se cruzó en su camino pensando que éste atacaba a su ganado (traído también de Europa). Puede que otras causas no ayudaran a la supervivencia del Thylacine, pero desde luego creo que se puede decir que fue el hombre quien exterminó la especie.
Bueno, dicho esto, sobre la película: vaya un tiquismiquis!
En mi opinión, Willem Dafoe encaja perfectamente el papel de cazador solitario, y no solo encaja, si no que borda el papel. Que tienen de malo sus líneas de expresión? Quedan muy bien en un personaje que se supone ha pasado su vida en las montañas pasando frio y curtiéndose al sol. También pienso que expresa lo que tiene que expresar y cuando lo tiene que expresar. Creo que tu opinión aquí ha sido un poco a la ligera.
El personaje de Sam Neil creo directamente que sobra de la película. No aporta nada ni te explican quien es. Al final no se si es bueno o es malo.
Sobre la viuda totalmente de acuerdo contigo, una hippie con rinoplastia y botox? Venga ya!
Tambien comparto contigo la opinión de que los niños lo hacen genial. Bueno, en realidad uno de ellos no habla, solo hace dibujos y te mira, así que no sabría qué decir de él. Por cierto, poner a un niño mudo para alargar el misterio me parece un recurso demasiado típico.
Sobre el sonido creo que no se valorarlo como has hecho tu, solo puedo decir que la banda sonora me gustó.
Y sobre el final… Otra vez eres un tiquismiquis! Creo que no podría tener mejor final que ese. Si que es verdad que deja mal sabor de boca pero gracias a él ha quedado en mí un sentimiento como de nostalgia por esta película. La historia real de la extinción del Thylacine es triste y cautivadora a la vez. Rumores de avistamientos (nunca confirmados), ese video antiguo del ultimo ejemplar con vida encerrado en un zoo… creo que este tema esta rodeado halo misterioso y conmovedor que hace que esta película solo pueda acabar con la (SPOILER !) re- extinción de la especie. Además, a que es el final que no te esperabas??
Ah por ultimo decir que me parece delito que ni nombres la maravillosa escena de cuando arregla el generador!!
Uff qué comentario más largo! :D
Jaja, sí, ¡un comentario superlargo! ¡Podrías escribir otro post! :D
EliminarBueno, 'en gran medida' y 'totalmente'... ya me entiendes... XD
Sigo pensando que Willem Dafoe expresa demasiado, sobreactúa... y es algo que le ha pasado, creo, desde siempre (me viene ahora a la cabeza la primera Spiderman de Sam Raimy, donde interpretaba a un Osborn hiperexpresivo...).
Sobre el final, sigo pensando lo mismo: demasiado ingenuo. Cuando veo una película, me gusta pensar qué pasó después y, en este caso, solo puedo pensar en que el personaje interpretado por Dafoe la cagó: van a seguir buscando tigres de Tasmania, no van a dar por perdido todo lo invertido... y, además, van a buscar al cazador (y, probablemente, al niño) y lo van a matar por haberles salido tan caro. Es cierto que queda muy poética (SPOILER) la re-extición del thylacin, y me gusta, pero el resto, la chulería de Dafoe cerrando el ciclo que empieza al principio con lo de "voy a ver las atracciones...", no se, sobra, no pega con un personaje que ha demostrado durante hora y media ser frío, capculador y metódico en sus actos.