No juego a muchos videojuegos últimamente (dedico el tiempo
a dibujar, básicamente) pero, haciendo un repaso a las típicas webs que ya se
han convertido en páginas cotidianas, leí una crítica que me llamó la atención
de un juego independiente de lucha que calificaban como atípico y nostálgico:
Punch Club. No sé si fue el aburrimiento o que no tenía nada que hacer en ese
momento, pero tenía que probarlo, y estas son mis impresiones.